Adelina Guerrero, esposa de Armando Benedetti, expresó su descontento hacia la prensa del interior del país

Jaime Berdugo, recientemente nombrado viceministro del Interior, ha generado controversia debido a las sospechas de que su designación podría estar vinculada al clan de Euclides Torres, un empresario señalado por Nicolás Petro ante la fiscalía como un importante financiador de la campaña presidencial en la región Caribe. Estas acusaciones han alimentado el debate sobre la influencia de grupos de poder en los nombramientos públicos.
Berdugo, quien anteriormente fue gerente general de la Unión Temporal Energiza, desempeñó un papel destacado en un contrato de más de 95,000 millones de pesos otorgado por el Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge), una entidad asociada al clan barranquillero. Sin embargo, Armando Benedetti, ministro del Interior, ha defendido vehementemente a Berdugo, asegurando que su nombramiento no fue impuesto por el clan Torres. Benedetti lo describió como una persona excepcionalmente inteligente, con un coeficiente intelectual muy por encima del promedio, y destacó su origen humilde y su capacidad para sobresalir tanto en el ámbito privado como en el público.
En un mensaje publicado en redes sociales, Benedetti recordó que conoció a Berdugo en 2005, cuando este recibió un premio por obtener el mejor puntaje en el ECAES de Derecho. Posteriormente, trabajaron juntos en el Congreso entre 2006 y 2010, y Berdugo fue su secretario privado durante su presidencia en el Senado. Benedetti subrayó la trayectoria admirable de Berdugo y lamentó que algunos intenten desmeritarlo.

Adelina Guerrero, esposa de Benedetti, también salió en defensa de Berdugo, destacando su brillantez y su capacidad para superar adversidades. Guerrero criticó a la prensa del interior por valorar únicamente credenciales y referencias que consideran familiares, sin tomar en cuenta la idoneidad de las personas. Según ella, este sesgo es lamentable y refleja una falta de objetividad en la evaluación de los méritos de Berdugo.

Este caso pone de manifiesto las tensiones entre las dinámicas de poder regionales y nacionales, así como el debate sobre la meritocracia y la transparencia en los nombramientos públicos